El ruido mediático que generó el artículo de la ley de financiamiento, que gravará con un impuesto del 4 % a las productoras colombianas que se dedican a ofrecer contenidos con modelos webcam, tiene al gremio de la pornografía en el país ad portas de conformar una federación para afrontar la nueva reglamentación tributaria.
El senador Jonatán Tamayo, promotor del polémico artículo y conocido como Manguito, detalló que las estimaciones del negocio de la industria para adultos en Colombia son mucho mayores de lo que pensaban, por lo que la recaudación esperada ya triplica los primeros pronósticos que rondaban los 50 mil millones de pesos al año.
¿Cómo funciona?
En internet, y más en la industria de entretenimiento para adultos, cada minuto vale oro. Uno de los empresarios paisas inmersos en el negocio explicó que la modalidad webcam involucra a cuatro actores, dos ubicados en Colombia y dos en el extranjero.
Los modelos (hombres y mujeres) que se desnudan a cambio de dinero son la primera cadena del eslabón; después siguen las productoras, que ofrecen los espacios y sirven de enlace con las plataformas internacionales; luego están las páginas donde se realizan las transmisiones y por último están los clientes, que se conectan desde todas partes del mundo y que en un mes pueden gastar desde 100 hasta 15 mil dólares.
“Es una iniciativa muy buena para que haya control y el negocio no sea tan informal. A veces solo hace ruido lo malo porque alguna productora irresponsable contrata menores de edad o explota a los modelos, pero nadie menciona lo bueno y es que hay compañías grandes que generan más de 100 empleos directos, tienen todos los permisos y registran muy buenos ingresos para los modelos.
Esos ingresos se convienen entre productora y modelos y suele rondar una relación de 50/50. Aunque los salarios de los modelos dependen de varios factores, cantidad de tiempo en la industria, antigüedad y demás, en general oscilan entre 3 millones los más bajos y hasta 40 millones de pesos mensuales.